El “estigma” de ser mujer en la lógica patriarcal implica tener un valor de acuerdo con el cuerpo mejor adaptado a los estándares masculinos de la época, y si alguna mujer es vista fuera de estos estándares de belleza, es rechazada, castigada o ignorada su voz. Es evidente los casos frecuentes de violencia que reciben la mayoría de las mujeres a nivel global, donde son objeto de robos, abusos sexuales y son vistas como objetos de intercambio sexual y como el caso de Santa Librada son motivos de transacción por medio del matrimonio.
Cuenta la historia según Novenas del año 1785 de la iglesia de Sigüenza, que Librada fue la novena hija del rey Lucio Catelio y la Reina Calsia de España. Tanto Librada como sus hermanas rechazaron la propuesta de ser sacerdotisas de la diosa Diana por tener fe y formación en las doctrinas cristianas. Con ira, el Rey ordenó torturar a las nonellizas y luego las cedió en matrimonio a otros tiranos. Librada con una entrega a su fe y con decisión férrea no cedió ante las amenazas de muerte, ni tampoco a la de entregarse a otros Zares en matrimonio. Ella huye del castillo en compañía de otros cristianos y luego fue capturada y torturada en Amphiloquia.
Sin ceder ante nada, acepta su crucifixión y muere degollada. De este relato se conoce popularmente como Wilgefortis (virgen fuerte), Ontkomen (la que escapó), Kümmernis (liberada), entre otras. Otros relatos mencionan que antes de morir, le pidió a Dios que fuese una mujer repugnante para los hombres, ya que, por su hermosura e inocencia, querían venderla en matrimonio al zar de Sicilia. En su voto de no comer, Dios la escucha y pronto le crece barba y se convierte en una mujer fea para el Rey y para el Zar. El Rey al ver tan aberrante cambio, no duda en sacrificarla en la cruz y la espada.
La historia de violencia vista en Santa Librada lleva a que las artistas, sacerdotisas y comunidad LGTBIQ afines a su sufrimiento, se re-apropien de su símbolo y de nuevo surja como ícono de libertad de expresión y de acción. Niamh Mcguide del Reino Unido desarrolla una serie de obras de arte llamadas Wilgefortis en el 2017 el cual aborda a la santa desde el punto de vista del hirsutismo. En cómo la sobreabundancia de vello produce un imaginario de bestialismo, de anormalidad y su obra propicia debates sobre aquellos ideales de belleza que anulan a una mujer barbuda o que tenga vello atípico.
Alma López en su obra Queer Santas (2014) expresa a Santa Librada como ícono lésbico para enunciar la diversidad de género desde una mirada popular mexicana. La obra de St. Wilgefortis sus gestos corporales son similares a los de Santa Librada; solo que sus manos están señalando hacia arriba como idea de liberación. La sacerdotisa y escritora gay del Metropolitan Community Church (MCC) Kittredge Cherry señala que Santa Librada o Wilgefortis es interpretada como la matrona de las personas intersexuales, asexuales, transgénero, con síndrome de ovario poliquístico o una virgen lesbiana. Lo cual hace su adopción en lo espiritual desde el punto de vista LGTBIQ.
Otro caso es la banda de punk rock con integrantes feministas y trans llamada homónimamente Santa Librada del 2016 de Baltimore EE.UU, adoptan a nuestra santa barbuda como un ícono del feminismo, los derechos trans, el amor y el sexo.
Como vemos, nuestra santa tiene una historia fascinante que es interpretada desde diferentes puntos de vista con una cosa en común, la libertad. Es necesaria escucharla desde nuestro territorio usmeño y ser entendida como símbolo de emancipación, diversidad y libertad ante un mundo tan lineal, brutal y binario.